Temí, sólo por un momento, consultar la fecha exacta del último post. Mi temor está justificado.
El tiempo pasa. Me hago viejo. Cuando digo esto a alguien, suele reírse de mí. "Chamaco", parecen pensar. Sigo temiendo: a quienes se los digo son más viejos que yo. Los jóvenes (los he descubierto) miran mis canas. Me hago viejo. Cuando le he dicho esto a mi madre, me dice "Te has tardado en no tener el pelo blanco por completo, tu padre lo tenía así desde los veinticinco". No importa, me hago viejo. Las canas no mienten. Tampoco la resaca, común ya en mi día a día. Mientras escribo esto, el tiempo sigue su paso, y yo sigo haciéndome viejo.
Otro tema, periférico, evidente: estoy de vuelta. La razón: me han vuelto las ganas de escribir cosas que no me paguen, o por las que no busque paga. Libertad, en resumen.
Seguiré aquí, haciéndome viejo, escribiendo.
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